Sebastián recuerda a Goeritz como un padre

El escultor Sebastián, en su tiempo asistente de Mathias Goeritz, recordó el rigor con el que el polaco calificaba su obra

Enrique Carbajal, mejor conocido como Sebastián, habló del Mathias Goeritz crítico e irónico que se mostraba desdeñoso con su obra incipiente, pero que a la vez lo calificaba como un genio y lo impulsaba a continuar en su propio desarrollo autoral; el mismo Goeritz a quien Sebastián considera como un padre.
 
El escultor reseñó así la presencia del artista alemán nacido en Polonia en su vida y en la vida artística de México, al final de la ceremonia inaugural del Coloquio Internacional en Homenaje a Mathias Goeritz. Centenario de su natalicio, en el paraninfo Enrique Díaz de León. “Era de una crueldad impresionante con mi obra”, recordó Sebastián ante estudiantes y miembros de la generación de arquitectos apadrinada por Goeritz.
 
Sebastián no precisó de guión para su reseña: simplemente tomó el micrófono una vez terminada la ceremonia inaugural en la que participaran el maestro Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, Rector General de la UdeG; el doctor Miguel Ángel Navarro Navarro y el maestro José Alfredo Peña Ramos, Vicerrector Ejecutivo y Secretario General, respectivamente; el maestro Ernesto Flores Gallo, Rector del CUAAD; la licenciada Olga Ramírez Campuzano, directora del Instituto Cultural Cabañas y el ingeniero Daniel Goeritz, hijo de Mathias Goeritz.
 
Sebastián trabajó como asistente y maquetista del homenajeado; en su momento fue promovido por el propio Goeritz para que fuese profesor en Arquitectura. En ese entonces, recordó el escultor, él ya había asumido su propio alias e iniciado su camino dentro de la escultura. El alemán increpaba al mexicano sobre su obra, lo instaba a replantearla, a rehacerla, mientras que en otros círculos hablaba de él como uno de los genios que había conocido en México.
 
El escultor habló siempre de forma emotiva sobre el perfil más humano de Goeritz. Sebastián desveló, incluso, el lado guadalupano del también escultor y pintor, quien compraba imágenes de la Virgen de Guadalupe para obsequiar a sus compañeros.
 
En el coloquio, organizado por el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) y que continuará hasta el día 12 de este mes, se hace referencia a las aportaciones que el maestro hizo a las artes plásticas, la teoría y la crítica del arte, la arquitectura y el paisaje urbano de México desde que arribó al país, en 1949, como profesor invitado de la entonces Facultad de Arquitectura de la UdeG, fundada en 1948.
 
El maestro Bravo Padilla, en su mensaje recordó el papel del homenajeado como icono del arte arquitectónico mexicano y su participación como docente en los inicios de la enseñanza de la arquitectura en esta Casa de Estudio. La UdeG y el CUAAD, dijo, hacen este homenaje al maestro por “su pasión, dedicación y creatividad en los ámbitos de la arquitectura y las artes plásticas, así como por sus enseñanzas y legado escultórico que hoy es parte de nuestro patrimonio”.
 
Entre los convocados también se encontraban los integrantes de la generación de arquitectos apadrinada por el maestro, quienes entregaron un reconocimiento a su hijo, el ingeniero Goeritz.
 
El maestro Ernesto Flores Gallo habló del polaco de origen alemán como “uno de los artistas más extraordinarios que ha tenido México”. Cuando Goeritz se integró al primer cuerpo de profesores de la incipiente carrera en Arquitectura de la UdeG, como parte de un proyecto promovido por el Rector Jorge Matute Remus y el catedrático Ignacio Díaz Morales, se convirtió en una leyenda, refirió.
 
Mencionó que el coloquio que celebra el centenario del natalicio del artista, los 66 años de su llegada a México y los 25 años de su fallecimiento, culminará el próximo 12 de noviembre con la exposición MATHIAS GOERITZ + FORMAS / SOLUCIONES / TEMAS, curada por el doctor Daniel Garza Usabiaga y alojada en el Instituto Cultural Cabañas.
 
 
 

Guadalajara, Jal., 10 de noviembre 2015
 
Texto: Omar Magaña
Fotografía: DYCVE nash