UdeG rinde homenaje luctuoso al exrector Jorge Enrique Zambrano Villa

Fue un hombre convencido de que la educación pública es la brújula para solucionar los problemas del país

Artífice de la modernización de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y hombre convencido del papel de esta Casa de Estudio como factor indispensable para el desarrollo social. Así es como la comunidad universitaria recordó al arquitecto Jorge Enrique Zambrano Villa, exrector de esta institución, al despedirlo entre aplausos en un acto luctuoso realizado en el Paraninfo Enrique Díaz de León, y encabezado por el Rector General, maestro Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla.
 
Al homenaje, acudieron personalidades de la vida política, educativa, deportiva, cultural y social del occidente del país. En los mensajes que ofrecieron las autoridades, familiares y amigos, todos coincidieron en que la historia de la UdeG no se podría comprender sin las aportaciones históricas del arquitecto Zambrano Villa.
 
El féretro con el cuerpo del homenajeado fue recibido en el recinto colocándole una bandera de la UdeG, institución a la que tanto amó. La guardia de honor de autoridades universitarias y civiles estuvo integrada por el maestro Bravo Padilla; el magistrado Antonio Fierros Ramírez, representante del Poder Judicial; la diputada local María del Pilar Pérez Chavira, en representación del Poder Legislativo; el Secretario General de esta Casa de Estudio, maestro José Alfredo Peña Ramos y el Maestro emérito Adalberto Ortega Solís, presidente del Consejo Social de la UdeG. Por el Poder Ejecutivo se incorporó el jefe de Gabinete, Rafael González Pimienta.
 
Posteriormente, se realizaron las guardias por parte del Consejo de Rectores, del Centro Universitario de Arquitectura y Diseño (CUAAD), los jugadores del equipo Leones Negros, la de sus amigos y la de su familia, integrada por hijos y su viuda, Leticia Zambrano de Ambrosio.
 
“No se puede comprender a la UdeG sin Enrique Zambrano. Fue un hombre que enfrentó la adversidad, y entre más se sufre, sobre todo en la política, más se forja el hombre. Él era de esa estirpe. Para ser buen político, primero hay que ser un gran hombre. Y mejor si se es de izquierda. Y Enrique era de izquierda”, afirmó Guillermo Gómez Reyes en representación de sus amigos. Añadió que precisamente este sábado se realizaría una reunión en el que le entregarían un reconocimiento, pero el destino los sorprendió.
 
El maestro Jorge Enrique Zambrano Ambrosio, hijo del fallecido y actual director de la División de Artes y Humanidades del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), ofreció un mensaje en representación de sus familiares. Describió a su padre como un hombre sensible, amante de la poesía, de corazón “rabiosamente león negro” y como el primer rector emanado de una serie de cuadros forjados al interior de la política estudiantil.
 
“Mi padre fue, ante todo, un hombre de firmes convicciones y altos ideales. Nacido en familia modesta, es ejemplo vivo de la función social que desempeña la Universidad. Pudo, gracias a esta noble institución, producto de los mejores ideales de la Revolución mexicana, buscar para él y los suyos un mejor futuro. Reconoció en la Universidad un poderoso agente de cambio social, concreto, no abstracto, que tenía capacidad de cambiar la vida de los seres humanos, de los individuos en su legítima búsqueda de un mejor porvenir”, señaló Zambrano Ambrosio.
 
Además, solicitó al Rector General, que la Universidad honre la memoria del ex rector José Parres Arias, y de Carlos Ramírez Ladewig, mentores del homenajeado.
 
Al efectuarse la última guardia integrada por representantes de los gremios de esta Casa de Estudio y autoridades civiles, el maestro Bravo Padilla repasó la trayectoria de Zambrano Villa, quien fuera Rector de 1975 a 1983, en una etapa convulsa, pero en la que logró salir avante y encabezó una fructífera labor de expansión y desconcentración.
 
En su gestión, el nivel medio superior tuvo un crecimiento sin precedente, al abrir nuevas escuelas preparatorias metropolitanas y regionales. En su rectorado también se crearon la Escuela Regional de Enfermería (1977) y la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de Ciudad Guzmán (1980), la Escuela de Agricultura de Autlán (1980),  las facultades de Diseño (1976), Geografía (1979) y Ciencias (1980), y las escuelas de Psicología (1977) y de Cultura Física y Deportes (1982).
 
La Facultad de Comercio y Administración se separó en dos facultades: la de Contaduría Pública y la de Administración, y se dio inició al campus que hoy todos conocen como el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA). Además, creó los institutos de Estudios Sociales (1976) y de Madera, Celulosa y Papel (1977). En su vida política fue diputado local en la LII Legislatura, y delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y coordinador de delegaciones de la Secretaría de Desarrollo Urbano.
 
“El día de hoy despedimos a un miembro entrañable de nuestra comunidad, quien hizo la defensa de la Universidad y de su comunidad cuando se necesitó, y en cuyo periodo rectoral la institución acrecentó su patrimonio y registró un importante desarrollo en los ámbitos de la educación media superior y superior. Al menos cinco generaciones sucesivas en la administración rectoral, aprendimos de él. Yo, en lo personal, tanto en mi época de consejero estudiantil, como en las posteriores, siempre mantuve una frecuente y cercana comunicación”, señaló el Rector General.
 
A la petición que hiciera momentos antes Zambrano Ambrosio, Bravo Padilla respondió: “He escuchado con atención el mensaje leído por su hijo y me sumo a los dos aspectos que aquí planteó y que, por supuesto, tendrán nuestra voluntad y trabajo alrededor de los mismos”.
 
Finalmente, el Rector General, entregó una bandera de la UdeG a la viuda Leticia Ambrosio de Zambrano; una bandera de los Leones Negros a la hija Celia Leticia Zambrano Ambrosio y una camiseta del equipo con el apellido del homenajeado en la espalda, a su otra hija, Zoila Gabriela Zambrano Ambrosio. 
 
 
 

Guadalajara, Jal., 8 de octubre de 2016
 
Texto: Julio Ríos
Fotografía: Abraham Aréchiga / Jorge Alberto Mendoza